martes, 30 de enero de 2007

Ciclo de Cine - Febrero

Pedro Almodóvar
Todos los Jueves 20 hs.

Jueves 1: Tacones Lejanos
Jueves 8: Mujeres al borde de un ataque de nervios
Jueves 15: Laberinto de Pasiones
Jueves 22: Entre tinieblas

Entrada Gratuita.
Epuyén 544 (alt. Diaz Velez 4500)

Con el auspicio de
La Boheme Video Club

lunes, 29 de enero de 2007

HISTORIA DEL DIARIO “EL MUNDO”

Hace algunos años, cuando empezamos a recavar información de nuestro barrio y le dimos forma al Taller de Historia Barrial de la Asociación Voluntarios de Parque Centenario, hallamos sólo ciertas pistas sobre la existencia (para nosotros remota) del diario “El Mundo”. Por la edad de quienes dimos inicio a la investigación de las cosas que pasaron y que hubieron en la zona, el diario “El Mundo” era apenas algún lejano recuerdo visual de un periódico, que pudieron haber comprado nuestros padres cuando éramos chicos.

La primera persona que nos instaló el tema fue un ex trabajador del diario, llamado Carmelo Grency, quien perdió una mano en sus talleres de impresión, y que hoy atiende su kiosco en Avellaneda y Eduardo Acevedo. Luego, recogiendo información de diversos vecinos sobre la historia del entorno de Parque Centenario, fuimos separando la que se refería al mundo.

Sintiendo nostalgia por el magnifico edificio que no conocimos, o que no registramos de niños, fuimos apreciando lo importante que había sido este medio de comunicación social, a partir de ir revalorizando a los protagonistas que por él transitaron. Resultó que las famosas Aguafuertes Porteñas de Roberto Arlt eran una columna semanal que durante años escribió en el diario este “capo” de nuestra literatura (llevando a “El Mundo” a vender más de medio millón de ejemplares los días en que él publicaba), editándose la última “aguafuerte” un día después de su muerte el 26 de julio de 1942. Que Mafalda, la mundialmente prestigiosa historieta de Quino, salía con una tirada diaria hasta el cierre del periódico. Que el primer director (y efímero) fue Alberto Gerchunoff, autor de “Los Gauchos Judíos”. Saber cuántas personalidades pasaron por este lugar y hacer una lista nos llevaría un rato, pero no caben dudas del valor cultural y periodístico que fue “El Mundo”.

Pero donde empezó toda la historia fue en 1904, cuando Alberto M. Haynes publica la novedosa revista El Hogar y logra un importante éxito de público y de trascendencia. Alberto Haynes era un inglés que había llegado a nuestro país en 1887 para trabajar en el británico Ferrocarril Oeste. Luego de algunos años y decidido a quedarse por estos pagos, inicia su carrera editorial que lo llevaría a construir lo que podríamos llamar el primer multimedio de Argentina. Fue un avanzado en editar revistas que para la época eran audaces en diseño e imágenes. Otra publicación que salió en los primeros años fue Mundo Argentino, que con altibajos estuvo décadas en los puestos callejeros de venta, llegando a ser dirigida por Ernesto Sábato en las ultimas épocas de su publicación. La Empresa Editorial Haynes Limitada (nombre oficial del emprendimiento de este inglés) editó muchas revistas como Mundo Deportivo, Sintonía, Tía Vicenta, Mundo Agrario, Mundo Rural, Don Goyo, Riqueza Argentina, PBT, Mundo Infantil, y algunas más a lo largo de más de sesenta años de existencia de la Editorial Haynes. Sin meternos en su historia, vale mencionar que Radio El Mundo fue parte también de esta empresa.

Hace unos meses, cuando ya habíamos comenzado a organizar el homenaje al diario, encontramos un pequeño artículo en el diario Clarín que anunciaba que la Asociación de Periodistas Jubilados organizaba un almuerzo con gente que estuvo vinculada a El Mundo. Participando de éste y luego de otros encuentros más, y con la solidaridad de su presidente Carlos Imaz (que trabajó en el diario), pudimos acercarnos a muchos trabajadores que pertenecieron a la Editorial Haynes, quienes con mucho afecto nos brindaron sus valiosos testimonios sobre la historia del periódico. Allí evidenciamos el compañerismo y grato recuerdo que guardan de sus días en aquella empresa, reuniéndose todos los meses en una confitería del barrio.

Volviendo a la historia, el 29 de diciembre de 1923 la Editorial Haynes inauguró la parte central del edificio de Río de Janeiro y Bogotá, que luego fue ampliado instalando allí sus propias y modernas maquinarias de impresión. Y desde allí comenzó a circular el diario El Mundo el 14 de mayo de 1928, con el revolucionario formato tabloide que lo hacia de mejor manipulación para leerlo en los tranvías, y lleno de fotografías que llamaban la atención, tanto por su precio (que era la mitad del de cualquier otro periódico: 5 centavos). Además hacía un concurso semanal con premio de mil pesos, según los resultados de los partidos de fútbol. Un precursor del Prode.

Esta es la información oficial que siempre reivindicó el diario, y que se instaló en el recuerdo. Pero resulta que cuando fuimos a resolver la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, encontramos un numero uno del diario El Mundo publicado por Haynes, con fecha 3 de abril de 1928. ¿Cómo se explicaba esto? Como nos contaron ex-trabajadores del diario, entre ellos Osvaldo Acita, Mauricio Eikihs, Roberto Marino, José Maria Branca, Ernesto Capece y otros, hubo un primer lanzamiento con la dirección de Gerchunoff que, siendo parecido a lo que después se conoció, salía diez centavos. Y fue un fracaso total. El 12 de mayo de ese mismo año dejó de salir, y dos días después se relanzó con un gran cambio de staff, comenzando por su director, quien pasó a ser por muchos años Carlos Muzio Sáenz Peña. Al poco tiempo bajaron el precio a la mitad de cualquier otro diario (cinco centavos), y allí se comenzó el éxito. La empresa, negando el fracaso anterior, nunca registró en sus comentarios y referencias el primer y efímero lanzamiento.

Con apenas un año de existencia del diario, y cuando comenzaba a consolidarse exitosamente su público lector, el 21 de junio de 1929, luego de haber cumplido la jornada habitual de trabajo en su despacho, falleció Alberto Haynes, producto de un síncope. Lo sucedería en la empresa Henry Wesley Smith, esposo de una de las hijas de Haynes y también británico, quien dirigirá el diario hasta la primer presidencia de Perón, cuando, por producto de una maniobra política del gobierno, la Editorial Haynes pasó a formar parte del consorcio estatal Alea, que manejaba los medios de comunicación expropiados. Allí, El Mundo, que se caracterizaba por un perfil independientozo pero sutil defensor de los intereses de las empresas británicas en Argentina, pasa a ser un diario con ciertas secciones que derivaron en panfleto pro-peronista. Luego del golpe de estado de 1955, el diario continuó unos años bajo intervención estatal hasta que se privatizó en manos de un grupo empresario compuesto por los dueños de Radio Rivadavia, Minera Aluminé y Banco Buenos Aires. Desde allí hasta el final hubo varios cambios de director y de entrada y salida de dueños de la editorial, hasta que por un desfalco financiero que vació la empresa terminó yendo a la quiebra. La fecha de la última edición del diario fue el 22 de diciembre de 1967.

Luego, la marca fue comprada por sectores vinculados al PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y la ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), y lo reeditaron en los años ’73 al ’74, hasta su clausura. Esta época no tiene continuidad con la historia del original, ya que no era impreso en el mismo sitio, ni eran los mismos empleados los que trabajaban tanto en la redacción como en los talleres. Además, no tuvo una gran tirada de ejemplares y su línea editorial era panfletaria, aunque ahora de izquierda. También existió un El Mundo vespertino, que fue un ensayo de la Editorial Haynes en 1967, pero tampoco tuvo éxito. Ya anteriormente la empresa había lanzado un vespertino con el nombre de El Siglo, con idénticos resultados comerciales.

En sus últimos años el diario era bastante equilibrado, y vale mencionar que fue uno de los pocos que se opuso al golpe militar que derrocó a Illia, como sí lo hicieron abiertamente los demás medios. Tal como lo demuestra la anécdota de Mafalda que se publicó un día después del golpe de Onganía, en la que el personaje con cara triste decía: “Entonces, eso que me enseñaron en la escuela...”. Luego sufriría Landrú la censura al ser prohibida la revista que él dirigía, “Tía Vicenta” (que era un suplememto del diario), cuando apareció un dibujo humorístico que hacía referencia a los bigotes del presidente de facto. Landrú además hacía el chiste de tapa del diario, generalmente sobre hechos políticos, como muchos años después lo hiciera Pagina 12 con Rudy y Daniel Paz.

Otros nombres que pasaron por las filas de El Mundo fueron: Horacio Rega Molina, Alejandro Sux, Pedro Juan Vignale, Alberto Casal Castel, Roberto Ledesma, Octavio Rivas Rooney, Ramón Gómez de la Serna, Alberto Insúa, Ortegal, Mario B. Quirós, Nicolás Olivari, Conrado Nalé Roxlo, Enrique González Tuñón, Bernardo Neustadt, Jacobo Timerman, Valentina Dardo Cúneo, Emilio Karstulovic, Calki, Amado Villar, Oski, Octavio Palazzolo, Miguel de Amalibia, Moisés Schebor Jacoby, Jorge Gótling, Horacio de Dios, Jorge Koremblit, Enrique Silberstein, y muchos más que, por una cuestión de mala memoria, les pedimos disculpas, pero no podíamos dejar de mencionar a quienes recordamos.

En esta empresa llegaron a trabajar cerca de tres mil empleados, con un criterio organizativo claramente de otras épocas, quienes allí trabajaron aún recuerdan con afecto el clima familiar que había y siguen identificándose como pertenecientes a la familia de El Mundo. También tenían un club que originariamente se llamó Alberto M. Haynes y luego Club Editorial Haynes, que primero funcionó en Rivadavia 4237, luego se mudó a Bogotá 115/119, y después de la quiebra un grupo de empleados lo mantuvo vivo un tiempo en Ambrosetti 861, aún el teléfono del lugar figura a nombre de la entidad. El club llegó a tener predios recreativos en Moreno y Quilmes, y sobre todo en su sede de Bogotá fueron inolvidables sus carnavales.

Durante décadas la barriada vibró al ritmo del movimiento del diario El Mundo, y hoy prácticamente no quedan vestigios. Nuestro olvido y nuestra desaprensión permitieron que el tradicional edificio de El Mundo fuera derrumbado. ¿Por qué fue necesario demoler semejante edificio si fue un baldío durante veinte años? ¿Por qué no quedó ni un mueble como testimonio de las personas que protagonizaron esta historia? ¿Qué fue realmente del archivo del El Mundo? Han pasado treinta años y no podemos responder a estas preguntas con certeza. En el momento de apogeo del diario, los trabajadores bromeaban y decían “guarda el día que estos tipos dejen de sostener la bola”, por los talantes de piedra que sostenían un mundo de cobre en la cima de la cúpula del edificio. Y desgraciadamente, tenían razón. Los tiempos han cambiado, nos dejan poco espacio para el recuerdo y la valoración de quienes marcaron un camino que hoy queremos rescatar. Esperamos que esta breve reseña rinda el homenaje merecido a lo que fue y seguirá siendo El Mundo para nuestra vida cultural.


Fabio Márquez

Fachada edificio de diario El Mundo


FUENTES:

- Calki, “El Mundo era una fiesta”, Ed. Corregidor, 1977.
- Ulanovsky, Carlos, “Paren las rotativas”, Ed. Espasa, 1997.
-Arlt, Roberto, “Aguafuertes porteñas”, Ed. Losada, 1958.
-Llanes, Ricardo, “De la amistad de algunos barrios – Imágenes y recuerdos del barrio de Caballito”, Cuadernos de Buenos Aires, M.C.B.A., 1961.
-Hemeroteca de la Biblioteca Nacional.
-Diarios La Prensa y La razón.
-Revista Argentina 15, Ed. Ediciones del ’70, 1970.
-Archivo General de la Nación.
-Asociación Amigos de Parque Rivadavia.
-Asociación Amigos del Tranvía.
-Sr. Osvaldo Acita
-Sr. Roberto Marino
-Sr. Mauricio Eikihs
-Sr. José María Branca
-Sr. Carmelo Grency.